Desde los planteamientos de A. Smith sobre la creación de riqueza, los críticos al brillante pensador escoces han venido aumentando, a pesar de la formalización de la Ciencia Económica.
Tenemos diversas versiones, desde las críticas de Joan Robinson, que criticó duramente desde el punto de vista del bienestar, la existencia de los mercados monopólicos y sugería la intervención del gobierno, alcanzando a la extraña conclusión de una forma de que existiese el libre mercado es con el concurso de la intervención estatal.
Robinson tenía muy arraigada dentro de ella, la pensamiento keynesiano puro, se opuso a la concepción simplista de los conceptos keynesianos, resumidos en lo que históricamente se conoce como síntesis keynesiana.
Pero hay otras clases de críticas, por ejemplo aquellas que ponen en tela de juicio los fundamentos de la ciencia económica, por ejemplo Antonio Reyes, ejemplifica en un artículo, sus dudas acerca de la ciencia económica, dice "...Con la extensión de las relaciones capitalistas por todo el mundo (la globalización) hasta la misma vida humana ha sido convertida en objeto de apropiación y comercio, es decir, en una mercancía que se busca poseer para adquirir "placer y goce". Ahí está como caso extremo la prostitución de las mujeres y el tráfico de menores (niños y adolescentes) de ambos sexos, o el surgimiento de todo un mercado de placeres camuflados como servicios (p. ej. masajes). ¿Qué nos querrá decir la teoría económica convencional cuando nos habla de la obtención del placer y del goce como resultados de la utilidad de las cosas que se consumen (teoría subjetiva del valor)? A través de sus elegantes modelos matemáticos -y metafísicos- de la utilidad marginal esta teoría no hace sino consagrar, al mismo tiempo que ocultar, un fenómeno social que consiste en la alienación progresiva y generalizada de las relaciones sociales. Tanto con referencia a la alienación como al fetichismo, las relaciones sociales están mistificadas como relaciones entre cosas; y estas relaciones entre cosas son reificadas por la "ciencia" en categorías que supuestamente expresan con "objetividad" la realidad...." [1]
Asimismo, sin pretender dar tribuna a voces que sin fundamentar sus afirmaciones, expresan de manera furibunda sus críticas a la ciencia económica, está la economista Hazel Henderson, que expresa "...Es ya de público conocimiento que la economía no es en modo alguno una ciencia sino que siempre ha sido política disfrazada. La economía es ahora ampliamente vista como un defectuoso código de origen inserto profundamente en las empresas, generador de insostenibilidad. De ahí los booms, las bancarrotas, las burbujas, las recesiones, las crisis energéticas, la merma de recursos, la pobreza, las guerras comerciales, la contaminación, el desbaratamiento de comunidades y la pérdida de diversidad cultural y biológica..." [2]
"...Finalmente, el debate público sobre la responsabilidad social empresarial está encontrando amplio eco en la principal prensa financiera. Sin embargo, para que este debate se haga en el contexto adecuado debe ser desechado el perdurable mito de que la economía es una ciencia. Porque, en realidad, la economía es sólo una profesión con controles de calidad mas bien pobres..."[3]
Sin embargo, pensadores economistas como Oscar Lange, definen claramente el método y el objeto utilizado por las ciencia económica, veamos por ejemplo los artículos en los cuales escribe "...En consecuencia, la economía es una ciencia social, o sea que se ocupa de una materia que depende de los niveles y formas de vida en la sociedad humana. Difiere de la sociología, la ciencia de las acciones y relaciones sociales (modelos de acciones sociales repetidas) entre los hombres, por estar interesada en las acciones de los individuos en relación a los recursos escasos que sirven para satisfacer sus necesidades. Estas acciones dependen de las sociales, pero son distintas de ellas. Nosotros las denominaremos acciones económicas.
Si bien es cierto que las acciones económicas dependen de las acciones sociales, ésas, a su vez, pueden influir y aún crear acciones y relaciones sociales. Esta interrelación proporciona materia para un estudio especial, que podríamos denominar sociología económica, o sea la ciencia que se ocupa del efecto que las acciones económicas tienen sobre las acciones y relaciones sociales. Esta ciencia daría lugar a materias como la sociología de las relaciones industriales, la burocracia en las empresas y el sindicalismo. Sin embargo, el presente ensayo se limita a la economía, esto es, al estudio de la acción económica. Esto lleva involucrado un estudio de la influencia de la organización y de las instituciones sociales en las formas y métodos de administración de los recursos escasos.
Como cualquier otra ciencia, la economía no se satisface con un mero conocimiento descriptivo. Trata de encontrar modelos generales de uniformidad en la administración de los recursos escasos.
La posibilidad de establecer tales modelos de uniformidad se basa en dos hechos observados: 1) las acciones humanas, respecto a los recursos escasos, están sujetas a modelos uniformes que se repiten; por ejemplo, la mayor parte de la gente reacciona ante un incremento en sus ingresos, gastando más dinero en bienes y servicios; y 2) dentro de la estructura de una organización social y sus instituciones, las uniformidades en la acción económica de los individuos o de los grupos de individuos, producen ciertas uniformidades en la distribución y en el empleo de los recursos escasos. Siguiendo esta línea de pensamiento puede afirmarse que un incremento en la cantidad de los créditos bancarios concedidos a los hombres de negocios o a las empresas, conduce a éstas, o a aquéllos, a aumentar su demanda de recursos, y esto se traduce en un incremento en la ocupación y/o en los precios.
La rama de la economía que estudia tales modelos de uniformidad y los combina en un sistema coherente, se denomina economía teórica o teoría económica (también análisis económico). Las proposiciones que enuncian estos modelos de uniformidad se conocen como leyes económicas. Las leyes económicas son, como todas las demás leyes científicas, proposiciones condicionales. Aseguran que estos y aquellos sucede regularmente, siempre que sean satisfechas estas y aquellas condiciones (es decir, siempre y cuando tales y cuales observaciones tengan lugar). Ninguna ley científica se cumple cuando sus condiciones previas no se realizan y dato que la administración de los recursos escasos está influida por la organización y las instituciones sociales, éstas formarán parte de las condiciones que determinan las leyes económicas...."