Política y Corrupción en el Perú: Trabajo Productivo y la Fuerza Laboral en el Estado
Trabajo Productivo y la Fuerza Laboral en el Estado
Si bien es conocido que para Adam Smith, el trabajo
productivo estaba constituido por la producción vendible (transable) mientras
que los servicios, son una carga y no constituyen trabajo productivo, en su
visión; pues tal como Smith lo expresaba “…Un hombre se hace rico contratando
una multitud de trabajadores; se hace pobre manteniendo una multitud de
sirvientes”; si bien no niega la necesidad del servidor, pretende mantenerlo al
nivel mínimo posible; Smith vivía en un mundo donde la servidumbre era una forma
de trabajo histórica y tradicional (1700-1800). En la visión Smithsoniana,
incluso el soberano, sus servidores, el ejército y la marina y los órganos de
apoyo administrativo y logístico; constituyen para Smith un despilfarro de
recursos, mientras que al capitalista productivo se le debe de dar mayores
ventajas como la reducción impositiva que les permita mayor acumulación de
riqueza.
La visión clásica de Smith no está exenta de algo de verdad,
pero tanto en su tiempo como en la actualidad no podemos dejar de concebir al
Estado como un árbitro central que pretende regular las relaciones económicas,
buscando establecer los canales necesarios para conseguir que el mercado pueda
proveer de los recursos y servicios, que un capitalista no estaría interesado
en realizar, a no ser que la tasa de ganancia sea la necesaria que le permita
distraer recursos para tales fines. Así
tenemos que los servicios de seguridad, los de salud, los de educación, los de
gestión municipal, los judiciales; entre otros, son parte de la actividad del
Estado, que en la concepción de Coase, busca compensar los costes ocultos en la
asignación de precios del mercado (costes de transacción) . Ahora, desde la
doctrina más institucionalista, esto es, en la visión de Oliver Williamson, que analiza mecanismos de política en cada
transacción y la ética y gobernanza de las corporaciones empresariales y sus
relaciones con el Estado; las funciones del Estado y las decisiones que se
toman fuera del mercado, donde se fijan contratos (derechos) a favor del bienestar
público, constituyen el costo social que asumen los individuos dentro de una
sociedad organizada alrededor del
mercado y de las instituciones.
Dicho lo anterior, ¿cual es la condición pre-existente en el
Estado peruano en el tema de servidores públicos? La respuesta es muy compleja, dado que el
Estado peruano no ha logrado integrar un conjunto de reglas claras para el
servicio en el Estado, si bien hay una tendencia a la formación de los recursos
humanos y a su captación, premiando la meritocracia, por otro lado se tienen
dos mecanismos que van en contra de ella, como son los “cargos de confianza” y
“los contratos del tipo
temporal”. Si bien para los
políticos constituye una necesidad el contar con personas de su confianza para
ejercer la toma de decisiones dentro del gobierno, por otro lado está la
incapacidad de la continuación de las políticas socioeconómicas de los gobiernos
anteriores, esto constituye por lo general un retrazo y una de las fallas más
visibles en los gobiernos nuevos en el Perú, mucho de lo ya trabajado por
funcionarios anteriores es desmantelado y reorientado, causando serios daños al
desarrollo del Perú. El otro detalle es la contratación laboral temporal de los
funcionarios, pues estos al no tener garantías de continuidad en las labores
asignadas por el Estado, buscarán su reinserción laboral al sector privado, de
hecho el Estado motiva a sus trabajadores temporales con niveles salariales más
altos, sin embargo esto solo constituyen medidas paliativas de la inconformidad
del profesional estatal. Así mismo se
aprecia que el incentivo salarial alto, atrae más a los políticos a la
utilización de cargos de confianza, donde ubican a sus socios políticos, en
recompensa a las labores de campaña electoral.
De hecho es común apreciar en el Perú que funcionarios de las entidades
ministeriales, vice-ministerios , directores y gerentes principales son por
regla general, nuevos y temporales, mucho de esto le resta continuidad a las
buenas acciones de los gobiernos anteriores y dejan inconclusos mejoras en las
infraestructuras del Perú.
Tener un Estado mucho más pequeño no es la solución al problema, tampoco
lo es tener un aparato público voluminoso e inflexible y rígido. En ambos extremos
y debido precisamente a que parte de la finalidad de la existencia del servidor
público es reducir los costes transaccionales de la sociedad en un entorno de economía
de mercado; estos servidores finalmente se constituyen en una de las
principales trabas al crecimiento y desarrollo del país, para
Hernán Lanzara, director institucional del CCL (Cámara de Comercio de Lima), en
el Perú las trabas para la creación de empresas es mas de 5 veces lo que
costaría en dinero y en tiempo en el vecino país de Chile. (http://rpp.pe/economia/economia/empresas-crear-una-en-el-peru-es-6-veces-mas-caro-por-la-burocracia-noticia-915160)
Lamentablemente, para los políticos peruanos; el Estado se ha
constituido algo así como un botín y premio a la “lucha” por alcanzar el poder
político, este no viene solo, sino que se acompaña de aumento de riqueza en los
políticos peruanos, es por ello que difícilmente desean modificar la existencia
de los cargos de confianza o reducirlos a los más importantes, tampoco tienen
interés en modificar los contratos laborales temporales, pues les permite dar
de baja a los funcionarios con experiencia y años laborando, incluso algunos
con estudios y capacitaciones pagadas por el mismo Estado, para en su reemplazo
ubicar a miembros allegados a su movimiento político y a parientes cercanos.
Mientras no se rompan con la permisividad y no se establezca
un patrón o Ley sin temporalidades, sino promoviendo una verdadera carrera
profesional dentro del Estado, este pernicioso esquema seguirá alimentando a la
corrupción que se ha institucionalizado en los diferentes organismos y
entidades del Estado, peor aún cuando elementos muy peligrosos, relacionados a grupos delictivos, pretenden hacerse de
posiciones dentro del Estado, para dirigir la legislación y el control
policial-militar hacia el rumbo que les permita controlar el país, Casos de
alta corrupción, narcotráfico y lavado de activos se están viendo en estos
momentos en países vecinos como Brasil, Venezuela y otros de centro américa,
donde la violencia y la corrupción son parte de la vida diaria de sus
ciudadanos que ha cedido el poder a estos grupos.