La Teoría de la Elección Publica....Un ejemplo Elecciones Peruanas 2016...
Estando el Perú cercano a sus procesos de elecciones políticas para
seleccionar a los principales funcionarios del país, vamos a recordar
los análisis del economista Dr. Jesús Huerta de Soto, sobre el tema de
la elección pública, que parte de los trabajos de James Mcgill Buchanan,
Gordon Tullock y otros que fueron pioneros de la aplicación del
análisis económico a la gestión de los gobiernos. El Dr. Huerta de
Soto, plantea 5 fallos propios de las democracias y de los procesos de
elección pública:
1.- El efecto de la racionalidad de la ignorancia.
En efecto, lo racional en el ser humano social es la ignorancia (no
conoce con plena certeza muchos de los fenómenos y actos de su entorno),
de hecho hay un coste y sacrificio de tiempo en buscar y procesar
información sobre el tema de la elección, por ello que el votante no
asigna recursos a esto, prefiere la ignorancia (bajo nivel de
conocimiento o desconocimiento total sobre un tema específico). Otro
hecho que lo incentiva a actuar de esta manera es que la difusión de su
voto individual en una gran población votante es irrelevante (1 en 10
millones), de hecho el votante individual no tiene incentivos para
modificar su conducta en esta situación, dado que desde la
individualidad no puede ejercer coerción sobre el proceso de votación.
Esto es aprovechado por los políticos, entorpeciendo el conocimiento
de sus planes de gobierno y haciendolos menos transparentes y más
generalizadas sus propuestas, pero aumentando el ruido “mediático” de
modo tal que “algo” aunque sea pequeño en proporción recalará en la
mente del votante para que opte por éste, más aún si el votante elige en
base a consideraciones de otros tipo como emocional, religioso, tribal,
visceral; por ello el alto nivel de engaño, demagogia e intolerancia en
los procesos electorales. Ejemplo de ello; políticos bailando, cantando
y otros actos mediáticos para atraer atención y votos.
2.- El Efecto de los grupos de poder o grupos de interés.
Ejercen una acción orientada a conseguir un objetivo de interés
particular, sin importar el bien público, por ello se le denominan
acciones perversas, porque distorsionan el interés final de la elección
democrática. Un clásico ejemplo son los grupos de interés comercial,
estos financian a los políticos para que modifiquen o instauren
determinadas condiciones favorables a su propio bien particular. Existe
también la gran probabilidad que grupos de interés ligados al
narcotráfico, a la trata de personas y a la minería ilegal, están detrás
de los políticos peruanos, porque tienen intereses particulares en la
gestión pública, sobre todo en los ámbitos de justicia y acciones del
Estado. Constituye un peligro real porque generan inestabilidad y
corrupción en los sistema de elección democráticos y en los poderes del
Estado. Los últimos acontecimientos ocurridos en las regiones de Ancash y
en el Callao, son una muestra de ello.
Esto da una imagen del secuestro de la democracia por los grupos de interés
3.- El efecto de la representación no vinculante.
No existe un contrato vinculante entre lo ofrecido por el político o
funcionario público y el que lo elige, de hecho, el votante en un
proceso de elección, vota por un programa y este no está definido, pero
aunque el programa estuviese definido, el político y el funcionario
público pueden de manera discrecional tomar decisiones al margen del
votante, dado que el mandato no le obliga a cumplir lo prometido sobre
la base de un contrato jurídico, este no existe y por ello el político e
incluso el funcionario, hace según su antojo o acuerdo del grupo de
poder que influencia sobre el, dentro de la amplitud de límites que la
Ley les permite. Nota. En el caso del
funcionario existen los contratos de trabajo que indica los alcances del
accionar del funcionario, pero hasta allí, después dependerá de los
valores y ética propias.
4.- El Efecto de la miopía gubernamental.
Dado que las generaciones futuras no pueden elegir o votar hoy, no
son prioridad de los políticos y funcionarios públicos, estos tienen una
visión de trabajo de corto plazo, sujeto al periodo gubernamental al
cual están ligados (4 ó 5 años). Por ello las acciones que toman los
políticos y funcionarios son por lo general de corte populista, buscando
aquello que les permita crear una “conciencia mediática” en su
intención de ser reelectos en un próximo período, siendo uno de sus
objetivos principales la reelección inmediata al cargo, prolongando un
círculo vicioso en contra del elector individual.
5.- La carencia de incentivos para actuar de forma eficiente.
Los políticos y funcionarios no cuentan con incentivos para alcanzar
la eficiencia, debido a que los recursos que utiliza no son propios,
sino que son propiedad pública y por ello antepone sus necesidades y
prioridades propias, contra la función pública. Es común observar que
los gobiernos locales nunca llegan a gastar los recursos en proyectos
concretos, sino que a finales del año fiscal ellos gastan todo el
presupuesto en obras que no aportan beneficios a la comunidad. Otro es
el hecho de utilizar los recursos del Estado para beneficio propio, como
vehículos públicos, locales públicos, compras suntuosas en su favor,
premios, viajes y promociones que solo afectan a la economía del País,
pero que redunda en un uso perverso de los recursos por parte del
funcionario y del político.
Bien, muy claro Jesús Huerta de Soto en explicar estos términos, a
los que él denomina principios, aquí les dejo el enlace para lectura.