China. ¿Estamos Preparados para el Cambio?
Hacia los años 90´s, la China se encontraba en una situación política de apertura con cambios internos que proceden de la denominada transformación estructural de la economía planificada china, con el político Deng Xiaoping, previamente su antecesor Zhou Enlai, quien fuera un revolucionario con educación en Francia y en Japón, ya había previsto los cambios que eran necesarios para que la China salga del letargo económico y cultural al cual fué sometido por años. La reforma económica y la apertura hacia los mercados mundiales, le ha permitido a China, atraer capitales de inversión desde América y desde Europa, quizá siguiendo la corriente de los llamados tigres asiáticos, China, en los años 90´s aprovecha la expansión norteamericana (ciclo del auge) que acabaría en el 2001 con la crisis económica en EE.UU, como también con la crísis argentina, debido a las políticas fiscales de liberación de controles, el aumento del déficit fiscal y la corrupción de alto nivel que provocaban los incentivos sobre acciones a los altos ejecutivos, casos como ENRON, Arthur Andersen LL y otros están en el recuerdo vivo, como resultado del desmedido crecimiento de los derivados financieros sin regulación. A partir del 2001 EEUU acelera sus gastos y aumenta su endeudamiento fiscal, muchos capitales norteamericanos y europeos se trasladan a China, ayudando a crecer el sector manufacturero chino, basado en las competitividad de bajo costo de mano de obra y servicios, sumado a la transferencia tecnológica de las empresas occidentales.
China destaca entre los países denominados BRICS (Brasil, Rusia, India, China), según los reportes del Economic Cycle Research Institute (ECRI), estos cuatro países ya alcanzaron la etapa superior del ciclo económico de crecimiento, alrededor del año 2010, donde sus tasas de ocupación de capital cercanas al 100% y el crecimiento de sus PBI superiores al 5% (10% incluso para China), pero también recordemos que estos países representan el 20% del PBI mundial, por ello tampoco son el eje económico del mundo, aún.
Cierto es que el siglo XXI nos ha llevado a ver el nacimiento del gigante económico: China, su crecimiento económico ha circulado por dos vías: la Exportación de Productos finales y de Metalurgicos procesados y la Demanda de Consumo interna, finalmente ambas están ahora en un ciclo a la baja, tanto las exportaciones por efectos del debilitamiento de las economías europeas y americana y por los cambios internos en la composición de los niveles socioeconómicos chinos, hace 10 años atras estos dependían mucho de la producción local de alimentos, bebidas y bienes transables, pero ahora los gustos y preferencias cambian, obligando a los mercados chinos a proveerse de productos y servicios que no producen en cantidades suficientes para abastecer a sus 1,400 millones de habitantes. En Abril del 2014, el Gobierno chino ha tomado medidas contracíclicas como son un aumento
de la inversión en infraestructuras, especialmente en tendidos de
ferrocarril o rehabilitación de viviendas, la rebaja de impuestos a
las pymes. Asimismo, el Banco Popular de China (PBOC, Banco Central Chino)
redujo el coeficiente de caja que exige a los bancos pequeños y medianos
del país para alentar el crédito en áreas rurales y a pequeñas
empresas. En junio/2014, el crédito alcanzó los
125.000 millones de dólares americanos, mientras que en mayo/2014
rondaba los 110.000 millones de dólares americanos,
según cifras del PBOC (Banco Central Chino).
Sin embargo, China todavía tiene espacio para maniobrar en política monetaria, de hecho lo está realizando así porque el Banco Central recortó los tipos de interés en febrero/2015 del 5,6%
al 5,35% y se esperan otros dos recortes más a lo largo del año 2015. Cabe también recordar que la deuda fiscal y de las empresas chinas podría alcanzar a unos 250% del valor del PBI.
¿Estamos Preparados en Perú para la diversificación Comercial con China?
En el ciclo bajo de la economía China, es muy probable que la demanda de productos primarios de sectores como la minería, el petróleo, el gas; tiendan también a la baja, al menos el crecimiento casi cero (0) de la producción eléctrica en China, así lo muestra; con ello se deben de abrir otros mercados para los productores peruanos, entre ellos los sectores de alimentos, la industria pesquera, la agroindustria y otras relacionadas como el sector turismo.
Por ejemplo, las importaciones chinas de productos agroalimentarios se situaron en los 135.000 millones de
dólares en 2014, ! el doble que sus exportaciones agroindustriales ¡. China es
prácticamente autosuficiente en materia de cereales , debido a su política
agrícola, que obliga a garantizar el 95% de la demanda interna, sin embargo el abastecimiento de
otros productos alimenticios depende nétamente del exterior. El
principal proveedor de alimentos es Estados Unidos,
con 22,4% del total de las importaciones china y Perú figura como uno de los 20 principales exportadores de alimentos a la China.
China ha desarrollado una serie de controles medioambientales y de laboratorio para los productos agrícolas y derivados cárnicos y lácteos, debido a ello, países como Brasil (el segundo exportador mundial de carne) se ha vieron afectados por las medidas sanitarias chinas, esto obliga a las autoridades peruanas a revisar la agenda pendiente en temas de homologaciones y certificaciones internacionales, previas a la exportaciones de alimentos, así como a sostener una mejor negociación continuada en estos productos, de hechos; si bien los acuerdos han sido muy centrados en materia de productos mineros e industrialización pesquera, lo adecuado es ahora mirar al mercado chino en sus segmentos de mayor consumo, para ello los especialistas del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo debe de desarrollar toda una estrategia orientada a alcanzar posicionar productos peruanos en la mesa del consumidor chino, de la mano del MEF que debería incentivar tributariamente a las empresas privadas del sector agroindustrial, más aún si es necesario reforzar la caída en los precios internacionales de los commodities que afecta directamente a la caja fiscal y se suma a una demanda agregada insuficiente.