Friday, December 18, 2009

Los salarios, la Inflación y la NAIRU en la Crisis Financiera Global: Breves comentarios


Muchas empresas se interesan en el tema de mantener los salarios mínimos, en niveles bajos y algunos otros comentan que es mejor hacerlo flexible. Estos mismos comentarios se han realizado últimamente en los EEUU, donde para los conservadores, es el tiempo de reducciones y flexibilizaciones, que mejorarían la capacidad de las empresas para aumentar la cantidad de puestos de trabajo.
El asunto tiene dos aristas técnicas, primeramente acorde a las concepciones teóricas Keynesianas, las instituciones en el mercado laboral "preveen" recortes en los salarios nominales, aún con alto desempleo, entonces la inflación serviría para generar los ajustes en el mercado laboral, al incrementar la caída en los salarios reales de los agentes y en general del mercado, afectados por las perturbaciones negativas. Por lo tanto la tasa de inflación positiva es óptima.
En el otro extremo, una tasa de inflación baja reduce fricciones en los mercados laborales y conduce a los niveles de equilibrio más altos de empleo posibles. Por lo tanto, la tasa óptima de inflación es cero, tal es la versión ortodoxa.
Un poco mas allá, las empresas en épocas de crisis, ven sus beneficios netos reducirse y cualquier reducción en los salarios, no es un incentivo para contratar nuevos puestos laborales, sino para compensar su disminución en ingresos. De hecho, ellos no aumentaran el empleo, porque no es un incentivo real (sino nominal), claro; alguien puede arguir que al disminuir los salarios mínimos, los agentes dedicaran sus ingresos a solventar la canasta de gastos, probablemente la tasa de interés disminuya y esto sea un incentivo para las inversiones. No funcionará así, puesto que las expectativas le juegan sucio al empresario y este presume que el nivel de ventas se mantiene bajo, por ello prefiere continuar con su capacidad instalada y no invertir en incrementos de capital, con ello, una tasa de interés baja, no es un incentivo para nuevas inversiones.
El mensaje del mercado hacia el empresario, le debe de mostrar que sus beneficios netos pueden aumentar, entonces se forman expectativas que lo incentiva a invertir, por ello la versión ortodoxa pierde frente a la visión keynesiana, donde una dosis pequeña de inflación puede ayudar a aumentar el volumen de transacciones en los mercados. Si bien esto puede desmejorar el salario real, sin embargo, empuja a la economía a un mayor nivel de equilibrio en el muy corto plazo. Estos efectos son visibles con la incidencia de la actual crisis financiera global.
La relación entre salario e inflación, definida en el año de 1958 por Phillips demostró que el crecimiento de los salarios nominales estaba negativamente relacionado con el desempleo en el
Reino Unido. En 1960, Samuelson y Solow encontraron evidencia a favor de la correlación negativa entre inflación y desempleo en EE.UU, denominando a la curva “La curva de Phillips “.
A partir de 1970, cuando se rompe la estabilidad de precios en la economía mundial debido a las subidas de precios en la crisis del petróleo, se dan altas tasas de desempleo e inflación. La curva de Phillips no explica este fenómeno. Los economistas Friedman y Phelps introducen las expectativas de inflación. La curva de Phillips se desplaza porque los empresarios contratan menos como respuesta al aumento de los salarios nominales ya que esperan subidas en el nivel de precios. Asimismo, se introduce el concepto de tasa natural de desempleo (NAIRU), con ello la curva de Phillips se reformula. A largo plazo no hay relación entre inflación y desempleo y la curva de Phillips es vertical, esto significa que desaparece el trade-off entre inflación y desempleo. Sólo la tasa natural es consistente con una inflación estable.
En suma, si bien existe rigidez en los salarios (por tres motivos básicos: Legislación salarial, sindicatos y negociaciones colectivas y por último los salarios de eficiencia), al parecer en periodos de crisis, disminuir los salarios no necesariamente genera un mayor nivel de empleos, sino que las expectativas de los empresarios tienen un mayor efecto en la toma de decisiones de inversión. Un caso excepcional son los altos salarios de los ejecutivos de las corporaciones, estas no han disminuido a pesar de la crisis, lo que demuestra el interés de los empresarios en mantener a su personal y no perderlo por efectos de la crisis. Sin embargo en los niveles de empleo no especializado, los efectos de la crisis si ha sido considerable, la OIT indica que América Latina, ha perdido mas de 1 millón de empleos entre el 2008 y el 2009, siendo Brasil y Argentina los mas golpeados de esta lado del continente.
Un trabajo interesante este año, respecto a la estimación de la NAIRU para el Perú, aquí en este enlace del BCRP:
http://www.bcrp.gob.pe/docs/Publicaciones/Documentos-de-Trabajo/2009/Working-Paper-11-2009.pdf
El modelo utilizad lo encontramos (junto a una aplicación) aquí:
http://www.sgpg.pap.meh.es/sitios/sgpg/es-ES/Presupuestos/Documentacion/Documents/D200306.pdf

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Buen post,
Sigue escribiendo por favor.
Richard Amoros.
UCatolica-Stgo.Chile

8:34 AM  

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