Organismos Reguladores Peruanos: Una nueva perspectiva para el 2009
En el Perú se ha puesto sobre el tapete jurídico, la intención del gobierno de centralizar los organismos reguladores.
Es concocido que el Gobierno aprista tiene siempre la voluntad de centralizar las entidades, como ocurrio con las Policias de Investigaciones, Civil y republicana, ahoea Policia Nacional.
Quiza en el caso policial, uno de los temas primordiales era la superposicion de funciones y el desequilibrio ded los presupuestos asignados por el gobierno.
En el caso de los reguladores, el tema es algo diferente, debido a la alta especialización con que se debe contar para cada caso, así en el Perú hay:
Osiptel (Organismo Supervisor de Inversión Privada en Telecomunicaciones )
Osinergmin (Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería)
Ositran (Organismo Supervisor de Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público )
Sunass (Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (SUNASS)
Desde el punto de vista institucional, la formulación de contratos entre el Estado y las empresas cuyo mercado las convierte en monopolios u oligopolios, tienen ciertas similitudes, debido fundamentalmente a que están basados en deberes y obligaciones legales, dentro del territorio nacional y las contraprestaciones del Estado para estas. De acuerdo al enfoque teórico de Coase, los derechos vigentes, permíten que se limiten las externalidades en el mercado y entre los agentes económicos.
Desde el punto de vista económico, los cuatro reguladores utilizan la teoría de la regulación de los mercados, en en cuerpo de la Economía Industrial, parte de la Microeconomía, en ella se encuentran los fundamentos para el cálculo y la determinación de los precios y cantidades óptimas que se acuerdan en los mercados regulados.
Pero un punto que los diferencia es la técnica especializada. Aquí no ingresan ni abogados (juristas) como tampoco los economistas, sino los ingenieros encargados de la supervisión y la vigilancia del cumplimiento de los acuerdos prescritos en los contratos.
Por ejemplo, la supervisión de las Oficinas Centrales (Telecomunicaciones), salas de transmisión y estaciones terrenas (satelital) corre a cargo de los ingenerieros electrónicos, al igual que la supervisión de las actividades técnicas mineras, estará cargo de geólogos, de ingenieros de minas y de ingenieros metalúrgicos, el tema de la supervisión técnica en temas de saneamiento, implica la participación de especialistas en ingenieria sanitaria, biología y química.
Sin embargo un punto central está en la autonomía de los reguladores, estos debieran seguir siendo entidades autónomas, relacionadas directamente con la secretaría del primer ministro, de modo que no dependa de las políticas del gobierno de turno, sino que respondan a lineamientos generales a favor de la ciudadanía. Precisamente; la existencia de los reguladores es para controlar un mercado donde el poder de decisión lo tiene el monopolio u oligopolio, entonces debido a esta externalidad, el agente economico demandante del servicio o bien, está a merced de ellos. Sugiero revisar el tema de los mercados con regulación eficiente, en mi post. http://cienciaeconomica.blogspot.com/2009/05/la-regulacion-de-los-mercados.html
Un de los puntos que no son adecuados, en el caso de los reguladores; es destinar un porcentaje (%) de los impuestos a las empresas reguladas por el mismo sector, así la dependencia se estrecha y esto puede terminar en una relajación de la actividad supervisora de la entidad. La autonomía institucional es muy importante, dice Bernard Tennenbaum "Real World Of Power Sector Regulation" (Nota No.50, World Bank): "¿Por qué yo quiero crear una entidad reguladora que no puedo controlarla? Las elecciones pueden ser ganadas o perdidas a causa de las tarifas. Las tarifas son tan importantes para ser dejadas a una comisión reguladora independiente. " allí el autor enfoca abiertamente que las acciones del gobierno pueden entorpecer las labores del regulador y tenerlas fuera de control (hablando en términos de política partidaria) implica que estas no necesariamente estarán dentro de los ofrecimientos propios de las promesas electorales de los candidatos al gobierno de turno.
No es consistente, considerar que el costo presupuestal de las actividades regulatorias, son necesariamente onerosas para los agentes económicos, sino que el costo de NO ASUMIRLAS resultaría muchísimo más elevadas; basta ver el tema de la desregulación en el ámbito financiero por parte de la F.E.D (EE.UU) y miren los resultados: Crisis internacional. Se confunde muchas veces que la regulación es la intervencion del gobierno y esto es un error, dado que no existen mercados perfectos, entonces se deriva de ella, la necesidad de "coordinar" estos mercados, para tratar de hacerlos más pareto eficientes.
Efectivamente, la consolidación de una única entidad superreguladora, obedecería más a directivas de orden político que ha directivas de orden técnico, conocido por muchos que los grupos de poder económico, tienden a crear relaciones con los gobiernos a través de organismos privados, instituciones educativas y empresas de asesorías, estas muy ligadas a los representantes de los gobiernos y participan recomendando las "reglas y reglamentos", aún cuando éticamente no son admisibles debido a su posición comercial en el entorno nacional e inclusive internacional.
Uno de los problemas que el gobierno debe de reforzar está precisamente en la mejora de la competencia en los mercados, esto a través de la inclusión de nuevos agentes, que permítan reducir la concentración de poder y la tendencia hacia los fallos del mercado.
Parafrasea el autor nacional Edwin Quintanilla: " Un sistema regulatorio óptimo se logrará otorgando la autonomía necesaria a la agencia reguladora, para que actúe eficientemente. Deberá cuidarse la probidad de la administración pública en general, la independencia de las cortes de justicia, reducirse los niveles de corrupción e incentivarse las tradiciones de responsabilidad cívica (Parker y Kirkpatrick, 2002: 5)."
Una de las expresiones propias sobre como debe de operar el presupuesto de una entidad regulatoria, es precisamente enfocada por Gertrude Makaya: " International best practice calls for the creation of an independent regulatory institution, with its own funding. Various reasons are given for this insistence on independence. The government usually retains a stake in the incumbent thus a conflict of interest may arise if the state then has to regulate its own competitors. Others have argued that regulation by departments will be less likely to be questioned and scrutinised due its political weight (Ramanadham, 1994). A high level of political interference in regulatory decisions can also encourage industry to participate in rentseeking activities (Bitran and Serra, 1998). Yet, it should be noted that the lack of formal, legal independence does not necessarily mean that the agency does not have autonomy. A semiautonomous agency within a government can be effective. Similarly, the independence of a regulatory authority does not guarantee its effectiveness. A regulatory agency should have an arm's length relationship with government yet such autonomy should not give way to capture by industry or to a lack of accountability to the public (Bitran and Serra, 1998)."
Si realmente se desea mejorar la actividad regulatoria en los mercados con servicios y/o bienes públicos de corte monopólico u oligopólico, es mejor reforzar las acciones de las actuales entidades regulatorias, pero advertidos estamos, finalmente esperamos no terminar con una superestructura orgánica, con múltiples oficinas y poca gente especializada, refugio de los allegados a los políticos de turno.
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