El caso del canal TV 5. ¿Quien le pone el Cascabel al Gato?

Como en el caso del cuento donde los ratones discuten ¿quien le pone el cascabel al gato?, es el caso de la empresa de televisión Canal 5 Panamericana.

Y es que hay tres actores: La SUNAT (Superintendencia Nacional de Administración Tributaria), el INDECOPI (Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Propiedad Intelectual) y el Poder Judicial.

Resulta paradójico que la SUNAT tenga que intervenir a la empresa, cuando sus funciones debieron pasar por el embargo de los bienes de la Televisora, pero lamentablemente ni el INDECOPI y mucho menos el Poder Judicial, apoyaron estas acciones, desde donde se debió actuar.

El tema pasa por la Regulación y el control de INDECOPI de los derechos de los consumidores, al margen de las incongruencias en el tema judicial (que incluyen posturas que obedecen a otro tipo de accionar, ligado a la corrupción de los funcionarios del Poder Judicial).

En una economía de mercado, la libertad de operación dentro del mismo, está finalmente ligada a las características de los servicios que se ofrecen y hay que recordar que estos servicios son masivos y de uso público, puesto que la información masiva otorga poder e influye sobre las expectativas de los agentes económicos que participan de ese mercado.

Otro tema ligado es que toda empresa de corte comercial debiera entregar los montos cobrados por IGV (Impuesto General a las Ventas), no hacer uso de un dinero que no le corresponde, sino de acuerdo al régimen tributario donde actúa. Entonces la intervención de la SUNAT se corresponde con el temor de la imposibilidad de cobrar la deuda tributaria de esta empresa, en contra de todos los peruanos y que probablemente alguien "robó o sustrajo" de manera ilícita, siendo lo correcto que esta persona y los que resulten implicados, pasen a los fueros judiciales como le corresponde a este tipo de acto delincuencial. Recordemos el caso tristemente famoso del mafioso Alfonso Capone, encarcelado en 1931 por evasión de impuestos.

¿La palabra final la tiene el Poder Judicial? Pero de eso ya hace bastante tiempo y hasta la fecha nada en concreto.

En cuanto a la evasión tributaria y a la regulación de los servicios, hay que notar que cuanto mayor presión ejercía la SUNAT, entonces como respuesta la Televisora buscaba la aguja en el pajar, encontrando tanto y cuanto caso corrupto pudiese denunciar en contra del Gobierno (del cual depende la SUNAT), buscando lo que se conoce en economía como "la captura del regulador" y de este modo continuar impunemente con su accionar. De hecho es posible que la Televisora tenga que confabularse con el Gobierno de mano suave, propalando la información económica (y también política) que le conviene al gobierno, así se ha creado una red mafiosa que permite la corrupción y que se autoprotege contra injerencias ajenas a la red. Ensayando como funciona esto, si se rompen los enlaces de esta red, es posible que de ambos lados empiezan las críticas y luego los ataques, desmoronándose esta suerte de "asociación no suscrita" y con el descubrimiento de los actos ilegales e ilícitos en que ellos incurrieron.

Esta suposición, recordemos que ya ocurrió en el Perú, en el gobierno de Alberto Fujimori y su socio Vladimiro Montesinos, cuyos actos ventilados públicamente alcanzaron notoriedad internacional hace ya varios años atrás.

Finalmente, como ocurre con los bienes públicos, el uso de un espacio de comunicación masiva, sobre todo en los servicios de comunicación de señal abierta, deberían contar con procedimientos regulatorios, bajo supervisión de OSIPTEL, que es el Organismo técnico por excelencia para tarificar los servicios ofertados en el tema de telecomunicaciones en general, no hacer esto y allí tenemos todos los problemas que ocurren también con las otras empresas de difusión masiva.